¿Sabías que la toxina botulínica, conocida por el nombre comercial “bótox”, fue originalmente usada para tratar estrabismo y no para procedimientos estéticos?
Su uso en la oftalmología data de los años ‘70, y hoy en día sigue siendo un gran aliado para algunos tipos de estrabismo, así como una excelente alternativa para evitar o complementar ciertas cirugías.
La técnica consiste en inyectar este producto directamente en el músculo extraocular que lo requiera. Esto ocasiona que se paralice temporalmente, logrando que la desviación del ojo disminuya o incluso desaparezca hasta por 4-6 meses.
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